viernes, 1 de mayo de 2009

LA CABALLADA DE ATIENZA


Se trata de una fiesta popular, con más de ocho siglos de antigüedad, que la villa de Atienza celebra cada año el día de Pentecostés en memoria de la liberación, por parte de sus arrieros, del rey niño Alfonso VIII en el año 1162, cuando las huestes de su tío, el ambicio­so Fernando II de León, lo buscaba para acabar con su vida.
Cuenta la Historia que los recueros de Atienza salvaron al niño disfrazándolo de arriero, pasándolo así delante de los soldados sitiadores que, ni remotamente, pudieron reconocerlo ni sospechar la estratagema de aquellos feriantes montados a caballo. Los arrieros bailaron como lo solían hacer en cada salida ante la ermita de la Virgen de la Estrella, su Patrona, y huyeron después a todo correr burlando al ejército leonés que nada pudo hacer por evitarlo. En siete días de camino consi­guieron trasladar al niño a la ciudad de Ávila, donde quedó definitiva­mente a salvo.
La Caballada, Cofradía de la Santísima Trinidad, se rige por unas ordenanzas concedidas y firmadas de puño y letra por Alfonso VIII, quien la debió presenciar en persona alguna vez durante las temporadas que pasó en Atienza con motivo de la construcción del segundo cerco de murallas.

La fiesta se inicia con la reunión previa de los caballeros en la puerta del prioste, bien de madrugada, a la que sigue la lectura de las multas habidas durante el año entre los hermanos y el paseo, a son de dulzaina y de tamboril, hasta la ermita de la Estrella. Los cofrades visten capa castellana e indumentaria de la época. Al caer la tarde se corren los caballos, por parejas, en los bajos de la villa.

Con su raíz histórica -página notable de la Historia de Castilla- la fiesta de La Caballada es uno de los acontecimientos festivos más antiguos, interesantes y coloristas, de toda la región Castellanomanchega, y tal vez de toda Castilla.


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