jueves, 19 de agosto de 2010

MARI CARMEN


No me gusta hacer comentarios sobre personajes vivos; pues tengo la experiencia, no siempre agradable, de que rara vez salen al gusto de la persona a la que se refieren, aun por mucho que uno se empeñe en conseguirlo. En el caso de Mari Carmen -conquense como todos saben, y mujer de la mejor calidad tanto en lo humano como en lo profesional, como supongo todos deben saber- voy a hacer, con mucho gusto por cierto, una excepción.
Lo más que sé de ella por cuanto a lo personal se refiere, es que su padre fue amigo del mío, pues siendo joven solía ir por mi pueblo con cierta asiduidad por asuntos de profesión; y, sobre todo, porque tuve el gusto de conocerla, y de tratarla personalmente con motivo de una gala, allá por los primeros años de la década de los setenta en tierras levantinas, que me correspondió presentar en mis tiempos de radiofonista en la cadena S.E.R. Ella era ya una artista consagrada y genial. La fotografía que incluyo es de aquel día, tal vez de unas horas antes de su presentación.
Mari Carmen es una de esas personas que honran y acrecientan la buena fama y el prestigio del lugar donde nacieron -en este caso la ciudad de Cuenca. Ventrílocua y humorista de profesión, ha llevado por todo el mundo la gracia sin par de sus muñecos ¿Quién no conoce a Doña Rogelia, su personaje estrella, ejemplo vivo de la mujer de nuestra Serranía?, y a Deisy, y a Rodolfo, y a no sé cuanto mágicos personajes más que el tiempo, tantas veces cruel, va borrando de nuestra memoria.
Conservo un libro de relatos entrañables. “Ventana al Edén” se titula ese libro. Mari Carmen Martínez-Villaseñor es su autora. Es ella, la “Mari Carmen y sus muñecos” que conocemos en España y en todo el mundo; un genio de mujer que, entre las muchas virtudes que posee, una de ellas es la de ejercer de conquense allá por donde va.

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