viernes, 5 de noviembre de 2010

JOSÉ LUÍS PERALES HABLA DE LA ALCARRIA



Revolviendo mis papeles, perdidos en los cajones de la casa del pueblo, me he encontrado con un recorte de “Nueva Alcarria” del 10 de octubre de 1981. Quise conservar como algo importante para mí de aquellos años primeros de práctica en el periodismo escrito, una entrevista con José Luís Perales que titulé “Un alcarreño que canta para el pueblo”. Nos habíamos conocido poco tiempo atrás en tierras distintas a la nuestra y todavía conservábamos una relativa vieja amistad. Aparecido de forma casual aquel viejo tesoro, amarillento después de tantos años, me viene a la memoria su envidiable personalidad, su singular calidad humana, junto a Alicia y Carlos, sus hermanos, para mí de tan feliz memoria.
Esto me contaba José Luís Perales en aquella ocasión sobre estas tierras nuestras, sobre la Alcarria, horas antes de aquel concierto memorable que ofreció en Guadalajara con motivo de las fiestas patronales de la ciudad. Han pasado veintinueve años, y la gente todavía lo recuerda:

"Lo conocí hace media docena de años con su primer disco bajo el brazo buscando promoción por las emisoras de radio en tierras de Valencia. Luego vino a resultar que éramos paisanos, que teníamos amistades comunes, que éramos amigos. Conservo todavía la grabación de un programa especial que le hice para la SER en la que intervenía José Luís, su hermana Alicia, sus canciones de entonces y la participación telefónica de sus primeras fans en la región levantina. Meses después nos volvimos a encontrar en su casa de Castejón, al lado del pantano, y hasta hoy, fecha en la que uno vuelve a celebrar el reencuentro en los aledaños de la estación de ferrocarril de Guadalajara, teniendo entre dos luces a la ciudad como fondo.
José Luís Perales es alcarreño, de la Alcarria de Cuenca. Sus primeras canciones destilan un olor a miel y a tomillo. Sus gentes son nuestras gentes; pero José Luís no conocía Guadalajara.
-Pues no; y tenía muchas ganas de venir. Conocía Guadalajara de rodearla poor la carretera general camino de Sacedón y de mi pueblo, pero de hecho nunca había estado en la ciudad. Así que, hoy se cumple para mí una vieja ilusión. Me alegra mucho que en Guadalajara se me haya tenido en cuenta.
-¿Dónde empieza la Alcarria para ti y dónde acaba?
-Para mí yo creo que empieza en Castejón, mi pueblo, que por algo es el “balcón de la Alcarria”, y no sé dónde acaba. Es toda ésta una tierra tan parecida en sus gustos, en sus gentes y en sus costumbres que, a pesar de que a veces se escape del recinto geográfico que la limita, que para mí siguen siendo alcarreños casi, casi, hasta Madrid.
-Como me consta que compones en aquel tu “refugio” junto al pantano de Buendía, quisiera saber si estas tierras duras tienen algo que ver con tus canciones.
-Claro que tienen que ver. Primero con mi personalidad. La gente de las Alcarria somos muy abiertos, pero somos secos; por lo menos ese es el concepto que la gente de fuera tiene de nosotros. Somos secos como buenos castellanos y como producto de una tierras sacrificada, olvidada, y eso en mis canciones se tiene que reflejar, sobre todo en mis personajes que siempre arranqué de la Alcarria, como el pastor, el labrador, doña Asunción, todos aquellos de mi primera época eran una imagen viva de la gente de esta tierra.
-Que, por cierto, da la impresión de que los has ido marginando un poco en tus últimas canciones.
-No; esos personajes van siempre conmigo. Lo que ocurre es que mi música se ha conseguido colar a otros países, en donde no entienden el deambular de un pastor alcarreño, el encanto de doña Asunción, la vida dura de nuestros campesinos. Son personajes que se escapan a ellos, y esa es la razón que me obligó a hacer otro tipo de cosas. No obstante vivo de cerca la Alcarria, siento sus dolores, comparto sus alegrías y es mi pequeña fuente de inspiración, como lo fue siempre.
-¿Por qué te has ido a vivir al pie de las Casas Colgadas?
-Bueno; me he ido un poco por comodidad. Tú sabes muy bien que Cuenca, capital, tiene las ventajas de una ciudad y es todavía un poco pueblo. Por mí hubiera vivido siempre en ese refugio de Castejón, pero tengo la gran suerte de tener unos hijos y reconozco que necesitan un poco más de comodidades que las que pueda darles en esa Alcarria árida, que yo personalmente prefiero para mí.
-¿Para quién cantas?
-Yo canto para todo el mundo, para todas las mentalidades, para todas las culturas, parta todas las ideologías. Canto para la gente en general, sin preferencias. Canto para el pueblo.
-¿No te da un poco de pena componer para otros cantantes?
-No; no me da pena porque me han dado muchas satisfacciones, y de ellos me llegó, componiendo, mi primer pan, hablando musicalmente, antes de que yo empezara a cantar. Además, muchos han conseguido con mi música números uno, y eso, aun egoístamente también satisface.
-¿Crees que te sentirás a gusto en este encuentro con Guadalajara?
-Mucho. Por aquí voy a encontrarme con una gente que es la mía, y eso es lo que, más o menos, deseamos todos. Además, estoy a gusto pues es la primera vez que vengo y me hace mucha ilusión.
Todavía no había visto José Luís el cartel de “no hay entradas”. Por la noche, una buena parte del público tuvo que conformarse viendo y escuchado de pie la velada. El éxito fue clamoroso. Fuimos testigos de un auténtico delirio a veces al oírle cantar. Guadalajara, que se identifica con su música y conoce el porqué de su mensaje, se sintió completamente feliz durante las dos horas, o quizás más, que duró el concierto."

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