miércoles, 22 de julio de 2009

LA CATEDRAL DE SIGÜENZA


El primer templo de la diócesis se encuentra en Sigüenza. Es un edificio de enormes proporciones y de estilos muy varia­dos, que comenzó a construir en el siglo XII el obispo don Bernardo de Agén y continuó su sucesor don Cerebruno, precisa­mente levantando lo que ahora es la parte más antigua de la Catedral, la de las portadas con la arquería románica de su fa­chada principal. El resto, de estructura gótica y renacentis­ta principalmente, se fue añadiendo en siglos sucesivos, hasta quedar casi concluida en el XVI. Se distingue de otras catedrales por sus dos torres almenadas, una levantada en el siglo XIV y la otra en el XVI. Algunas añadiduras ornamenta­les, tanto en el interior como en el exterior del templo, datan del siglo XVIII.
Conviene conocer de la catedral seguntina -aparte de la Capilla Mayor, el Coro, el Museo Catedralicio con una valiosa "Anunciación" del Greco, y la llamada Sacristía de las Cabe­zas- el Claustro, de inmejorable estructura gótica del siglo XV, en donde se alinean siete arcadas ojivales por cada una de sus caras, y sorprenden lujosas portadas al gusto plateresco; el Altar de Santa Librada, con bellísimas pinturas de Juan de Pereda, la urna con los restos de la Santa y una modélica ornamentación plateresca que se completa con el panteón del obispo don Fadrique de Portugal, obra en todo su conjunto de Alonso de Covarrubias; y la Capilla del Doncel, o de los Arce, en la que destaca como estrella de la misma y de toda la catedral la estatua recostada sobre su propio sepulcro del joven santia­guista don Martín Vázquez de Arce, El Doncel, que de autor anóni­mo, puede considerarse como la mejor escultura funeraria de todo el Renacimiento español.
Los obispos que fueron de Sigüenza, en su inmensa mayo­ría, incluido don Bernardo de Agén, se encuentran enterrados dentro de la Catedral.

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