Una polémica, razonable y razonada, surgida días atrás
entre algunos usuarios de las redes sociales afines a la cultura, que tuvo como motivo la seria advertencia del Cronista Provincial de Guadalajara, Dr.
Herrera Casado, en el sentido de que pudiera correr peligro la permanencia en
la ciudad del famoso cuadro “Retablo Arriacense” del pintor conquense Víctor de
la Vega, me lleva a reflexionar acerca de la obra sujeta a polémica y a aunar
en uno sólo el trabajo llevado a término por el genial artista, centralizado en estas
dos provincias, Guadalajara y Cuenca, tema exclusivo y única razón de ser de
este blog, por lo que no deja de tener su repercusión en él como cosa obligada.
El “Retablo Arriacense”, por cuya
seguridad y conservación en Guadalajara está preocupando seriamente a
centenares de personas, como podemos comprobar en Factbook durante los tres
últimos días, fue encargado y adquirido por la Caja de Ahorros Provincial de
Guadalajara en el año 1977 al referido pintor, y desde entonces ha presidido la
sala de juntas de la Institución hasta que ésta desapareció al ser absorbida
por otra entidad mayor con sede en Andalucía; el cuadro se llevó a otro nuevo
edificio colosal, situado junto a la autovía, en donde la extinta entidad
apenas debe de tener algún o algunos despachos a los que no va la gente de la
calle; un lugar difícil, imposible diría, para que el público pueda observar
esta obra admirable. Sitio que además, según hemos leído, tampoco es el más
aconsejable por los efectos desfavorables de la luz sobre la pintura.
Como una pieza más del fondo
artístico-cultural de la Caja de Guadalajara, este cuadro y algunos más han
pasado a ser propiedad de otras manos, ajenas a las de los antiguos impositores
con cuyos ahorros como tales se adquirió, sin que se sepa de su futuro paradero
como obra querida que es. El malestar se está generalizando y el número de
interesados por su mantenimiento en Guadalajara, como cosa propia, cunde entre
otros sectores de la sociedad alcarreña de día en día.
El “Retablo Alcarreño” es una
bellísima estampa, óleo sobre lienzo, en un marco no menor de 3,5 x 1,7 metros de superficie
(lo digo a cálculo), en donde está representada la provincia de Guadalajara en
toda su extensión y significado: sus personajes más notables, sus lugares
característicos, su riqueza monumental, sus fiestas y sus costumbres, a través
de la historia. En la fotografía que encabeza este trabajo te puedes dar,
lector, una idea bastante exacta de lo que la obra es y contiene.
El futuro del cuadro, así como del
resto del fondo artístico de la antigua Caja,
es todo expectación, una incógnita que, a la vista de la unánime
inquietud popular, tendrá que despejarse favorablemente en el menor espacio de
tiempo que sea posible. Parece que la disposición de la entidad propietaria
actual es aceptable: un espacio exclusivo dentro de la ciudad donde quede
expuesto a perpetuidad el “Retablo Alcarreño” con otras muchas obras -de Alejo
Vera, por ejemplo- estrella de la pintura romántica e histórica del siglo XIX,
natural de Viñuelas, un importante lugar de la Campiña Guadalajareña.
El “retablo Conquense” es la pintura
que haría pareja con la que acabamos de comentar. Fue pintada en la primera
planta de la Diputación Provincial de Cuenca en el año 1987. El estilo es más
depurado, pero menos completo y dinámico tal vez que el de su hermano mayor; pues en él
predominan los personajes conquenses como motivo principal, casi exclusivo; personajes destacados de la cultura, del arte, de la literatura, de la música,
de la política, de la religión nacidos en la provincia; pero escasean los paisajes conquenses, los monumentos históricos de los que tiene tantos, si lo comparamos con lo que
aporta el lienzo dedicado a Guadalajara.
El “Retablo Conquense está pintado
directamente sobre el muro, en acrílico y retoques de gouache; sus dimensiones
son 3,42 x 4,54 metros .
Aunque ha venido conservándose en buenas condiciones durante su cuarto de siglo de
existencia, a finales del pasado año y con motivo de cumplirse su XXV
aniversario, la Diputación Provincial de Cuenca se ha visto obligada a
emprender en él unos trabajos de restauración, con el fin de reparar los daños
producidos por una gotera que provocó el levantamiento de algunas pequeñas
zonas de la pintura, pequeñas ampollas y grietas. Se han puesto todos los medios
de los que se dispone hoy para su restauración y el resultado, según me han dicho,
ha sido excelente.
1 comentario:
Muy acertado y completo este reportaje sobre Víctor de la Vega, un ejemplo de lealtad a las raíces, de provincialismo, con l (nada que ver con el provincianismo). El artista que mejor ha sabido retratar el entrono kárstico de Cuenca y su agitada historia. De agradecer.
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