Quiero
dejar constancia de que conocía el castillo de Belmonte desde hace mucho
tiempo, treinta o cuarenta años quizás, y en varias ocasiones lo he visto
después sin que su aspecto hubiera cambiado mucho desde la primera vista.
Después de la reciente restauración, el castillo es otra cosa. Algo muy
distinto, hasta el punto que acabo de leer con referencia a él, una frase
rotunda que yo no me atrevería a firmar por falta de datos suficientes para
hacerlo: “No encontraréis -dice- otro similar en toda España, tan sólo el
castillo de Caerlaverork en Escocia tiene algo parecido. Sospecho que un
poco la hipérbole anda por medio, aunque tampoco de ello podría dar fe. En
Europa existen magníficas fortalezas, cargadas de historia y de leyendas, que
uno se las imagina de fantasía, realmente grandiosas.
Y así,
grandiosa, es la palabra que mejor ajusta a este castillo después de su
restauración, que ha durado algo más de dos años. Restauración interior, sobre
todo en corredores, salones y escaleras, acondicionados y decorados al gusto de
la época, incluso con enseres que fueron de uso personal de sus sucesivos
dueños: el Marqués de Villena en el siglo XV, y la Emperatriz Eugenia de
Montijo en el XIX.
Me ha
recordado los regios salones y galerías del monasterio de El Escorial, del
Alcazar de Segovia, instalados dentro de una fortaleza histórica que en su
aspecto exterior ha sido, desde su construcción por Juan Pacheco, tal vez el
mejor conservado de todos los castillos de España (Recuérdese la Película “El
Cid” rodada dentro de él y en sus alrededores). Le faltaba eso, poner los ojos
en el Castillo y echarle el chorro de dinero necesario para darle algo parecido
a lo que fue cuando tuvo vida. Y por lo que he podido ver, sus actuales propietarios, los duques de Soto -descendientes de aquellos cuyos nombres figuran en los libros de
Historia- debían de contar con medios
suficientes para hacerlo, y lo han hecho, y lo han hecho bien.
La visita
comienza con una proyección panorámica donde se da cuenta, sucinta pero
acertada, de la historia de la fortaleza y de los nombres famosos que vivieron
dentro de ella. Con el precio de la entrada se incluye el préstamo de un
sonorizador o guía a manera de teléfono, que te va sirviendo los datos de lo
que conviene conocer en cada lugar y en cada momento, con solo pulsar un botón.
Como está
orientado hacia el turismo, que, por cierto, responde de manera extraordinaria (
más de 11.000 personas han pasado por él
en los últimos dos meses de verano), dentro del castillo hay tienda de
recuerdos, bar, servicios de higiene, y todo cuanto el visitante puede
necesitar para sentirse a gusto, y llevarse de este escogido lugar de la Mancha
Conquense -patria chica del gran Fray Luis-, no lo olvides, un recuerdo
memorable. Espero que busques la ocasión para vivir esta misma experiencia.
2 comentarios:
No conozco este castillo, pero tras leer tu post, lo apunto en mi agenda de cuestiones pendientes para poder gozar como has hecho tú de esta construcción.
Muchas veces me planteo la involución que hemos dado en materias constructivas, ahora se construye con peores calidades, sin aprovechar las orientaciones, los vientos, etc...; todo eso no pasaba en aquella época.
Cuídate amigo, un abrazo. ;)
Enhorabuena por su blog, muy interesante. En vista de su interés le informo de la reapertura del monasterio de monsalud (córcoles) y el yacimiento romano de Ercavica.
Le dejo la web de contacto www.monsaludyercavica.es
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